Epistemología Histórica
El conocimiento es un objeto estructuralmente histórico. La
condición histórica del conocimiento, en cualquiera de sus formas y
manifestaciones, implica contingencia y relatividad históricas. El conocimiento
es el objeto de estudio de la epistemología, por lo que al igual que el
conocimiento, la epistemología también es histórica.
A pesar de ello, la epistemología histórica no es una rama
antigua de la epistemología, sino que ha aparecido recientemente, tras más de
dos mil trescientos años de epistemología debido a prejuicios existentes entre
los que se encuentra el esencialismo. El esencialismo atribuye una esencia al
objeto al que se refiere. Esto nos lleva a identificar al conocimiento como un
conocimiento de verdades incorregibles e imperfectibles, es decir, un
conocimiento invariable.
¿Tiene esencia la
epistemología?
El conocimiento no tiene esencia, sino historia. No hay una
esencia eterna del conocimiento ni, en consecuencia, una definición invariable
que determine lo que el conocimiento haya sido y tenga que ser siempre. El
conocimiento ha ido variando a lo largo de la historia dependiendo de la gestión
del mismo que hemos ido haciendo los seres humanos: cómo lo adquirimos,
trasmitimos o justificamos.
Como el conocimiento, que la epistemología sea histórica conlleva
que no exista una esencia eterna, explicativa y normativa asociada a ella. De este modo, la epistemología no puede ser
esencialista.
¿Cómo hasta hace
poco vivíamos en el esencialismo?
El éxito del esencialismo no es casualidad. En nuestra día a
día vivimos en el esencialismo ya que es más sencillo y útil. A pesar de ello, lo
que es útil y sensato en la vida corriente no tiene por qué ser verdadero. Nuestra
visión esencialista nos hace ver nuestro mundo sin cambios. Realmente esas pequeñas
variaciones si se dan, pero generalmente son invisibles a nuestros ojos. Por
ejemplo, un vaso de agua que parece inmutable poco a poco va perdiendo volumen
por evaporación, por precipitación de la cal etc.
Tenemos constancia de como muchas cosas no son como eran,
por lo que podemos estar seguros que tampoco serán como son.
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