Tercera cultura
“¿Eres de
ciencias o de letras?” “Yo de cálculos
no, que soy de letras” son frases que en nuestro día a día siguen muy
presentes. Pero esto no es nuevo, la diferenciación y gran distanciamiento
entre ciencias y letras viene de muy lejos. Tal ha sido el distanciamiento que se
han llegado a considerar dos culturas diferentes. Así pues, en 1959 C.Snow
publicó un libro titulado “Las dos culturas” en el que hace referencia a dos
culturas divididas en intelectuales de letras por un lado, y por el otro los de
ciencias, habiéndose quedado únicamente los primeros de ellos con el termino de
“intelectual”. En una segunda edición que data del año 1963 se añade por parte
de Snow “Las dos culturas:bvuna segunda mirada”, en el que visualiza una posible
tercera cultura. En esos años todavía no existe dicha tercera cultura, pero se
intuye próxima. En el texto, Snow considera que existe una gran problemática entre
las dos culturas: la comunicación. Con esta tercera cultura se resolverían estas
dificultades.
Snow ve
necesario que próximas generaciones se instruyan en conocimientos científicos
debido al auge en descubrimientos científicos que se van dando. De este modo,
ve la implantación de esta tercera cultura dentro del sistema educativo.
“Hoy por hoy
vamos arreglándonos con nuestra formación a medias, esforzándonos por entender
mensajes, evidentemente de gran importancia, como si escucháramos una lengua
extranjera de la que sólo supiésemos unas pocas palabras”
Tres décadas más
tarde, en 1995, J.Brockman relata en que punto está esa tercera cultura
haciendo alusión al texto de Snow.
Así como Snow
predijo una mejora en la comunicación entre intelectuales de letras y científicos,
Brockman relata que ésta sigue siendo inexistente, tratando esta falta de
comunicación al igual que Snow como un gran problema. La comunicación la
establecen los científicos directamente con el público, intentando transmitir
la información de una manera accesible al lector. En lo que si llevaba razón Snow
es que la ciencia no es algo tan lejano, sino que se ha convertido en una
cultura de dominio público. Brockman en
su texto, hace referencia a un nuevo sector: los intelectuales de la tercera
cultura. Snow no hace referencia a estos
ya que al confiar en la cohesión entre intelectuales de letras y de ciencias,
este papel no sería tan necesario. Los intelectuales de la tercera cultura serán
los responsables de hacer llegar esta al público. De este modo, a diferencia de
Snow que ve la implantación de la tercera cultura en el sistema educativo,
Brockman la ve a través de una correcta divulgación por parte de estos nuevos
intelectuales a todo grupo interesado, indistintamente de la edad.
Tras lo leído, observamos que la mayor diferencia entre ambo autores es la manera de hacer llegar al público esta tercera cultura. Lo fundamental y en lo que ambos estaban de acuerdo es en la necesidad de implantación de la tercera cultura que permita la comprensión de la importancia de elementos científicos en la sociedad.
“Hoy por hoy vamos arreglándonos con nuestra formación a medias, esforzándonos por entender mensajes, evidentemente de gran importancia, como si escucháramos una lengua extranjera de la que sólo supiésemos unas pocas palabras”
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