Bacteriófagos: alternativa a los antibióticos

Anginas, infecciones de orina.. ¿Quién no ha necesitado antibióticos? Ante la necesidad de su uso siempre nos advierten de un consumo responsable, sobre todo por el miedo a que nuestro propio cuerpo genera una posible resistencia a este medicamento debido a su consumo excesivo. Pero, ¿es posible evitar ese consumo excesivo ante una necesidad médica?

Lo principal, el antibiótico no sirve para cualquier tipo de mal: son fármacos para combatir infecciones bacterianas, no víricas. Pero ese es otro tema: diferencia entre bacteria y virus. 

Entonces, ¿existen alternativas para los antibióticos?  

Los bacteriófagos son virus que parasitan bacterias, se pegan a ellas y las matan desde el interior, por lo que pueden llegar a ser una importante alternativa contra las bacterias resistentes a antibióticos. A pesar de ser una técnica contra bacterias bastante antigua, su desarrollo se había paralizado debido a la eficacia de los antibióticos. Ante la creciente resistencia de estos últimos, parece evidente que la terapia con fagos debe desarrollarse.  

El tema de tratar bacterias con virus puede suscitar miedos, y más en estos momentos de pandemia por un virus. ¿No podrá ser peor el remedio que la enfermedad? 

Los virus empleados como bacteriófagos son ubicuos y están presentes en el entorno, en las personas y en los animales. Se trata de emplear a gran escala reacciones que ya se dan en nuestro cuerpo “naturalmente”. Los bacteriófagos no son perjudiciales para el organismo debido a que carecen de los receptores diana clave.

Identificar los fagos más eficientes para cada bacteria, avanzar en la modificación genética de los mismos para mejorar su función o investigar posibles efectos adversos. Todavía queda un largo camino que recorrer, pero la realidad en los estudios desarrollados hasta el momento presenta un futuro prometedor. 

Suena bien, pero no olvidemos que nuestra propia responsabilidad con su uso hará que no tengamos que hablar de nuevos tratamientos para bacterias fagoresistentes.