Algoritmo A


Un algoritmo es un conjunto ordenado y finito de operaciones que son capaces de resolver un problema. Existes muchísimos tipos de algoritmos, entre ellos el algoritmo A.

El algoritmo A es un tipo de algoritmo de búsqueda informada. Es usado para encontrar la ruta más cercana para ir de un lugar a otro. Su sencillez y rapidez le hacen ser el más usado en este ámbito.

¿Qué tipos de problemas no pueden ser resueltos por este tipo de algoritmo?

Sudoku

Muchos de los problemas que presentan los pasatiempos son problemas de satisfacción de restricciones: presentan un conjunto de variables a las que les corresponde un dominio de valores y restricciones sobre ellas. Un ejemplo de estos pasatiempos es el Sudoku en el que hay una matriz de 9x9 (81 variables) en la que cada celda debe contener un número de 1 al 9. Esta matriz principal está dividida en 9 submatrices (3x3). En cada fila o columna, un número puede aparecer únicamente una vez (restricción). Además, entre las submatrices hay otra restricción ya que dentro de cada una no puede repetirse el mismo número.
Al inicio, algunas variables (números) son dados, por lo que el entretenimiento viene de encontrar una solución que coincida con los datos proporcionados inicialmente. La dificultad de encontrar la solución a este problema varía en función del número de variables desveladas en el inicio.
Este problema no puede ser resuelto por el algoritmo A ya que éste algoritmo  hace uso de un función de evaluación heurística para etiquetar diferentes nodos de la red y determinar la probabilidad de dichos nodos a pertenecer al camino óptimo.

Timeline de Facebook

Estamos acostumbrados a ver cierto orden en el Timeline de Facebook pero, ¿cómo se llega a ese orden? Para ello se emplea un algoritmo, que decide que contenido nos muestra la red social y su orden dependiendo de una serie de parámetros como pueden ser los gustos personales, antiguas respuestas a contenidos etc.
Con lo comentado anteriormente, el algoritmo A tampoco podría emplearse para esta función.



Vistos estos dos ejemplos, podemos deducir los innumerables algoritmos que empleamos en nuestro día a día sin darnos cuenta.

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